Bienvenidos alumnos (as)

Esta es una herramienta que les va permitir ampliar sus conocimientos, la cual podran convinar con las clases presenciales.
Espero que sea de mucho provecho, ya que estos nuevos conocimientos seran parte de las evaluaciones.

sábado, 23 de octubre de 2010

La Fortaleza de la Inmaculada de La Concepción de María.

La Fortaleza de la Inmaculada de La Concepción de María
El Castillo Río San Juan Descripción y localización del sitio

El río nace en el sector sureste del lago Cocibolca y sus aguas corren de este a oeste, y a una 60 kilómetros de distancia se emplaza la pintoresca comunidad de El Castillo y precisamente donde se encuentran los vestigio de empedrado y paredes del antiguo muelle que se construyó en la época de la “colonia” se origina el
caudaloso raudal que cubre un poco más de 500 metros de largo a todo lo ancho del río. Para llegar al sitio se puede hacer de tres formas:


- Vía terrestre: atravesando el vasto Departamento de Chontales, pasando por el caudaloso Río Tepeguanasape hasta llegar a la ciudad lacustre de San Carlos, cabecera departamental de la región.

Luego se aborda el transporte acuático y se recorren aproximadamente entre 60 a 70 kilómetros de distancia aproximadamente sobre el río, se puede hacer en lancha rápida o lenta.

- Vía acuática: se toma un barco a través del lago Cocibolca desembarcando en el puerto lacustre de San Carlos y después navegando sobre el Río San Juan. – Vía aérea: Managua – San Carlos y posteriormente en transporte acuático hacia el poblado El Castillo.

El Castillo de la Inmaculada Concepción de María se encuentra ubicado sobre una elevación junto a los raudales (o Rápidos) más violentos del curso del Río San Juan. Esta Fortaleza formaba parte de un sistema de fortificaciones del siglo XVII que controlaba la importante ruta comercial conocida como la Ruta del Desaguadero, y permitía al imperio español la
defensa y control de una de las vías más importantes del comercio colonial de Centroamérica.

El Castillo se encuentra ubicado en una zona estratégica para los especialistas en historia natural y social del país, ya que desde este sitio se puede ingresar a la Reserva Natural Indio Maíz la más importante del país en el trópico húmedo, realizar recorridos por sitios históricos como San Juan del Norte, un antiguo puerto de entrada a Nicaragua.
Actualmente, se presenta una sala de exposición en uno de los ambientes de la Fortaleza, en ella se muestran objetos de la época precolombina y del siglo XIX, y algunos paneles informativos que destacan la historia de la Región y en especial, la ligada a la Ruta del Tránsito.
En otro ambiente de la Fortaleza, funciona la biblioteca pública que presta sus servicios a la comunidad.

Historia

A principio de 1668 se traslada el Capitán General Álvarez Alfonso a inspeccionar personalmente El Castillo de San Carlos, con el objeto de acumular nuevos cargos contra Don Juan Salinas; pero sus esfuerzos no dieron otros resultados que evidenciara la honradez del enjuiciado. Confiado en la Fortaleza de San Carlos, los granadinos volvían a dedicarse al comercio y sus acostumbradas labores, cuando fueron sorprendidos nuevamente por una invasión de piratas.

El Castillo fue entregado traidoramente al filibustero Gallardillo, en 1670, por el castellano Gonzalo Noguera Rebolledo, y los invasores, después de
destruirlos, se dirigieron a Granada, la sorprendieron, la saquearon y se llevaron gran número de hombres y mujeres.

Este suceso, y las invasiones del mismo carácter que se dieron en los territorios de Honduras y Costa Rica, llevaron el alarma a la Corte de España, hasta entonces indiferente a la suerte de las colonias, y por real cédulas del 29 de octubre de 1671 se declaró la necesidad de fortificar la boca del San Juan. Para la ejecución de su disposición, se nombró Capitán General interino del Reino a Don Fernando Francisco de Escobedo, General de la artillería del Reino de Jaen, ordenándose que pasara inmediatamente a reconocer la embocadura del San Juan y levantar la fortificación que creyera necesaria. Escobedo tomó posesión de su destino en Guatemala, en el año de 1672, y sin perder tiempo, se trasladó al río San Juan, en donde edificó el Castillo de la Inmaculada (castillo viejo), frente al raudal de Santa Cruz y fortificó el presidio ahí existente, nombrando castellano al Maestre de Campo, Don Gaspar Inestrosa y Vasconcelos.
En 1673 firmó en Granada las ordenanzas del nuevo Castillo y en abril del mismo año regresó a Guatemala. El Gobernador de la Provincia Don Pablo Loyola, sucesor de Temiño Dávila, quedó hecho cargo de los trabajos de edificación hasta el año de 1675 en que se concluyeron.
El Castillo estaba situado sobre una montaña de peña viva, y aunque no muy grande, era suficiente para impedir el paso y subida del río. Quedó guarnecido con treinta y seis cañones y tenía además un caballero muy bien construido.

A la lengua del agua existía una plataforma con seis cañones, y la parte de tierra estaba defendida por el foso y estacada que lo rodeaban hasta el propio río. La terminación de una obra tan formal para la defensa del San Juan, llenó de gusto regocijo a toda la provincia y con especialidad a Granada, que ya pudo descansar algo más confiada. Pero el rico y fluorescente comercio de otros días había desaparecido.
Los piratas, si bien no podían invadir por el río, vigilaban cuidadosamente la boca en el Atlántico y dificultaban la comunicación exterior. Posteriormente las invasiones de los piratas se adormeció por un tiempo, mejorando un poco las condiciones de los nativos, pero con único interés de mejorar el de real tributos que era lo que más le preocupaba también a los invasores españoles, las encomienda se reglamentaron en 1680.

En 1681 fue nombrado Gobernador don Antonio Coello, que temía por las invasiones de los filibusteros, que se detuvieron por la seguridad que prestaba el Castillo últimamente construido, vino a despertar más el interés por el saqueo de los recursos naturales de nuestro territorio, convirtiéndose en verdadero pánico, cuando se supo, que el filibustero Charpe recorría la costa del Sur.
Amenazados por ambos mares y sin medios de defensa, la desesperación era grande, no sólo en Nicaragua, sino que en todo el reino. En 1683 el temible enemigo se presentó por el puerto de la posesión el Realejo con tres navíos de guerra, pero fueron rechazados por un grupo de hombres reclutados en los pueblos cercanos a León al mando de Lorenzo Gonzáles de Castellón y que se situaron en la isla El Cardón, los piratas se retiraron sin atreverse a desembarcar.

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